La metodología se fundamenta en una investigación de orden cualitativo etnográfico, de reconocimiento e interpretación de los propósitos en la que se aplicaron instrumentos tales como: La autobiografía, la entrevista, el diario de campo, la observación, la propuesta pedagógica y el registro visual, de cuya aplicación se obtuvieron las siguientes conclusiones: Del camino recorrido en la tesis, se identificó la categoría IDENTIDAD del propósito general, una revelación sustancial para el devenir futuro del sujeto de estudio, dado que se consiguió un posicionamiento de valoración cultural irrenunciable desde puntos clave en la estructuración personal que no fue consciente, pero que el trasegar investigativo permitió aclarar, reconocer y valorar para entender la apropiación de elementos culturales de los dos contextos de influencia. Ser consciente de una identidad compartida ha podido resolver las inquietudes previas a la tesis y consolidar hoy un patrimonio cultural híbrido, mestizo, de componentes hispano-colombianos. La Nación es la del nacimiento, la patria es la paterna, pero también la de los hijos, la del compañero de vida, la de los amigos, la de los jefes, la de los profesores, la de los estudiantes que tuvieron que ver con el investigador, así que ni patria ni nación pueden separarse la mismidad, de lo que nos constituye en la formación del sujeto en una sociedad; la nación y la patria; ambas, parte de la subjetividad emergiendo en los momentos de interferencia diferente o ajenas a cualquiera de las dos esencias de in fluencia (Pereira y Barcelona), el deseo de su defensa salta con vehemencia; y la emoción de los logros en ambos contextos desborda el sentimiento. Es la etapa de reflexión final, la situación que debió entender es el posicionamiento social de la mismidad, con relación a la reflexión racional de un lugar en la sociedad donde los derechos se obtienen de acuerdo a las acciones individuales; donde afrontar un medio es pensar, no en un país, sino en un sistema social y político al que es preciso responder, pero del que se puede esperar retribuciones en consonancia con el desarrollo personal dentro de esa sociedad, para ser reconocido en las singularidades que nos hacen sujetos individuales. Es así como la identidad indagada se ha entiendo como una individuación del propio lugar en el mundo de acuerdo a las particularidades, que bien pudieron ser barcelonesas, pereiranas o ambas. La identidad no pertenece a un país sino a las propias particularidades e individuación. La familia por tanto, es complemento de la individuación, como motor potenciador de la individualidad; una individualidad con esencia de Nación (desde el concepto de nacimiento), Patria (desde el concepto de patrimonio, no de patriota o patriotismo), naturaleza singular y familia, que pertenece a una sociedad determinada en un momento cualquiera de la existencia. La singularidad entonces, ha sido modelada en el proceso de formación, tanto formal como informal. Los acontecimientos que merodearon las vivencias ajenas de in fluencia, el ejemplo de educadores cercanos, los comportamientos familiares que determinaron acciones y motivaciones, pudieron configurar lo esencial como ser humano, aún de contenidos dimensionales escindidos. Un rompimiento que en ciertos factores fue definitivo y en otros permanecen; lo cual, permite determinar una identidad compartida. Por otra parte, la ruptura o escisión, no solamente se debe al acto migratorio, sino también a formas de adaptación adoptadas desde la infancia y adolescencia, transformadas en diversificación. En este caso, no se contemplan situaciones expulsivas como motivo migratorio, lo cual excluye la interpretación comparativa de dos contextos desde tal perspectiva desventajosa. Hoy la reflexión convierte la escisión en una irrupción generadora de fuentes vivenciales de dos contextos singulares que propiciaron recursos intelectuales y emocionales de gran riqueza formativa. La visión formativa, por tanto, debe