Se clarificó que el concepto de felicidad, desdeñado por kant en su teoría, corresponde al concepto de felicidad de Aristipo de Cirene, y no al de Epicuro de Samos; esto se logró mediante un cuadro comparativo en el cual se expresa cual es la comprensión que tiene Aristipo de Cirene de la felicidad, y cómo esa concepción encaja de forma más precisa que la Epicúrea, con el concepto de felicidad que Kant concibe como peligrosa para la moralidad.
Aristipo afirma que todo placer y toda inclinación deben ser satisfechos en el momento ipso facto en el que se hacen presentes; tal concepcion de felicidad se corresponde con el concepto de felicidad que Kant expresa en su libro fundamentación metafísica de las costumbres ya que en tal libro Kant propone que la felicidad es la sumatoria total de todas las inclinaciones. Uno de los ejemplos es aquel con el cual Kant expone la felicidad, en tanto sumatoria de todas las inclinaciones. En dicho ejemplo se menciona una persona enferma de gota, pero que en el momento de su enfermedad se le presenta la posibilidad de disfrutar de una plato de comida delicioso, que repercute de forma negativa en su estado de salud actual, pues tal alimento sabroso le puede enfermar mas.
Éste ejemplo práctico lo presenta Kant en su libro fundamentación metafísica de las costumbres con el propósito de clarificar como la universal tendencia hacia la felicidad, como inclinación, puede herir a la universal tendencia a la salud, en tanto ésta también es una inclinación. En tal ejemplo práctico se propone que la felicidad, comprendida como la suma de la satisfacción de todas las inclinaciones, hiere en su consecución a las demás inclinaciones. Precisamente tal es lo que sucede en la teoría de Aristipo de Cirene, ya que en él no media la razón en lo que respecta a la satisfacción de las inclinaciones, pues éstas deben ser satisfechas de forma ipso facto a como se presentan en el ser racional.
Kant afirma que la consecución de la felicidad no es viable mediante la razón, pues ésta restringe su efectividad asertiva, ya que la razón restringe su consecución; para tal afirmación propone como ejemplo el que las personas versadas en el uso de la razón son seres menos felices que aquellos que emplean poco la razón."En realidad, encontramos que cuanto mas se preocupa una razón cultivada del propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, tanto mas el hombre se aleja de la verdadera satisfacción"